Imagina que estás en tu puesto de trabajo en un día común, y de repente, alguien se desmaya justo a tu lado. En ese momento, puede que la reacción más rápida sea auxiliarlo y tratar de despertar a la persona para saber que se encuentra bien, pero, después de eso ¿qué se debe hacer? Seguramente lo que pienses de inmediato es que esa persona deberá ir al médico, hacerse un chequeo riguroso y asegurarse de que todo está bien en su cuerpo, pero, que, para ello, también deberá pedir un permiso a su empresa. Entonces, ¿qué pasaría si esa empresa le niega el permiso a la persona? ¿Qué pasa si su estado de salud empeora y debido a que las incapacidades laborales no son permitidas dentro de la empresa, la persona se pone cada vez más grave?
Todos los días las personas pueden sufrir accidentes y enfermedades que los obligan a dejar sus labores diarias con una compañía, para poder tomar reposo y mejorarse en un tiempo determinado. Es normal que estos eventos pasen desprevenidos, porque nunca se planea cuando alguien se puede golpear, caer, cortar o tener gripe, por lo que, recurrir a las incapacidades laborales, también es un proceso común y de acceso para todos los empleados.
La importancia de las incapacidades laborales
El tema de las incapacidades laborales podría decirse que tiene dos puntos de vista que son totalmente válidos a la hora de tener que presentar una o solicitarla, pues desde el lado del empleador es muy diferente como se lleva este proceso, a lo que ve el empleado.
Desde la vista del empleado, permite tener un espacio único para guardar reposo en el caso de un accidente o enfermedad específica, la incapacidad, funcionará como el permiso para tomarse el tiempo de recuperarse y volver a las labores indicadas por la empresa.
Por su parte, desde el punto de vista del empleador, las incapacidades laborales son la forma de llevar el control de los empleados y todo respecto a su salud y cómo la empresa está brindando las garantías de seguridad. Desde este punto de vista, el trámite de incapacidades permite saber si algún empleado sufre una enfermedad crónica que deba ser tratada con cuidado o que está teniendo afecciones importantes a partir de las labores que está haciendo a diario.
¿Cómo gestionarlas correctamente?
Para el caso del empleado, si bien acceder a una incapacidad laboral es un derecho, hay una desinformación sobre el pago de las mismas, que claramente depende de varios factores alrededor del tipo de incapacidad que se esté solicitando, pues existen dos tipos diferentes, que llevan procesos totalmente aislados uno del otro:
- Incapacidades laborales: Como nos podemos dar cuenta el término se ha generalizado de alguna forma, pero, para el caso específico de las incapacidades de tipo laboral, nos estamos refiriendo a aquellos trámites de gestión de incapacidades que se deben hacer por causa de un accidente o actividad laboral específica del trabajo que se está realizando, por ejemplo, dolor muscular por mala postura causada por el tiempo prolongado de uso de un computador o afección en el túnel carpiano a causa del constante movimiento de la muñeca con el mouse del computador.
Estos dos ejemplos corresponden a los efectos de labores diarios del trabajo, que, como consecuencia, la empresa debe asegurar que se tomen las medidas preventivas necesarias y el reconocimiento de los días necesarios de descanso en caso de que el problema lo merezca.
- Incapacidades de tipo común: Por otro lado, este tipo de incapacidades laborales son aquellas que suceden por fuera de las actividades laborales exigidas por la empresa, como en el caso de sufrir una caída en unas vacaciones o casos de apendicitis, que no son causados exactamente por la compañía o dentro de sus instalaciones. En este caso, hay una diferencia notable frente a quiénes deben asumir el costo de esta incapacidad pues el pago de incapacidades laborales de tipo común, muchas veces, tiene que ser asumido por la EPS, pero en otros, la empresa debe asumir el costo.
Para este tipo de incapacidad, el pago de la incapacidad depende de los días que se tome el empleado, por ende, así debería actuar la empresa, dependiendo de la duración de la incapacidad:
- De 1 a 2 días de incapacidad el empleador debe encargarse del pago de la incapacidad.
- De 3 a 180 días se debe encargar la Entidad Prestadora de Salud – EPS.
- De 181 a 540 días el encargado será el Fondo de Pensión.
¿Cómo gestionar el recobro de incapacidades laborales con un experto?
Con el fin de tener un seguimiento del pago de incapacidades laborales en la actualidad se tienen herramientas virtuales a la mano de las empresas, que permiten llevar control y aseguran la información que se recoge a partir de los empleados.
Heinsohn Human Global Solutions, brinda a las empresas un servicio que permite recoger ganancias a partir del recobro de incapacidades. Con esto, el propósito es dar una solución oportuna y optimizar el proceso de recuperación de incapacidades y licencias ante las entidades prestadoras de salud (EPS) y ARLs.
Además de tener a la mano y digitalmente las bases de datos de tus empleados alrededor de las incapacidades laborales, se organiza y asegura la efectividad de los procesos de la empresa hacia sus empleados.
Es importante recalcar que estos procesos de seguimiento frente a las incapacidades laborales son una obligación tanto del empleado, al tener conocimiento de los procesos, como del empleador o empresa, que debe permitir el acceso a la salud de sus empleados, primero a través de una afiliación de riesgos laborales y segundo, del correcto control de la información respecto a la salud en el trabajo.
En esos casos, siempre la mejor opción es Heinsohn Human Global Solutions, que se encarga de implementar el sistema de incapacidades laborales en tu empresa, asegurando el cumplimiento de normas y la recuperación de inversión alrededor de ellas.